Romero, es un recuerdo; En memoria de mi amiga, Rosemary Rovick
Sonrisa una sonrisa para mí,
Romero, Romero...
Adaptado de la canción por la máquina de volar
Hace dos semanas, perdí uno de los más cercanos amigos que he tenido, mi bello Romero. Rosemary Rovick nació en el norte de California y vivió la mayor parte de su vida, aunque se graduó de Cornell Law School y viajó extensamente. Si Ángeles andan por la tierra, entonces era uno de ellos. Nos conocimos cuando éramos ambos externos a la Corte Superior del Condado de Santa Clara. Durante casi 30 años, hemos mantenido en contacto, negociados confidencias, consolado de otros dolores, bromas unos a otros y apoyado mutuamente.
Romero fue una de las personas más puras, más amables que había conocido. Ella era compasivo pero ingenioso, y ella podía reírse de sí misma. Burlaban, aunque sufrimos a través de supervisores incompetentes, arrogantes jueces, personal de corte snotty, terremotos y dolores del corazón. Ella me dejaba notas en mi escritorio que lee algo como "ir y hacerme una trufa y una taza de café de al lado. Hay un estimado!" Y le dejo sus notas llamando a su "Miss Toolbelt," que era una referencia a su amor de viajar el mundo para construir parques infantiles con una empresa de construcción. Yo también le burlaban por ser tan bueno todo el tiempo, y ella diría, "Qué es lo que me llama que me gusta mucho, Sabe usted..." Yo respondería, "Mojigatos y santurrones?" "Sí," ella se exclaman, riendo alegremente, "Eso es todo!"
Pero era duro y Uber-justo en su propio camino. "Vamos, Elena; "ser un hombre, decía, cuando cosas llegó a ser intolerables en la corte y le de la rabia. Cuando yo estaba siendo hostigado por uno de los jueces y un supervisor, ella sola de todo el mundo intercedió por mí. Cuando era listo dar para arriba, podría conducir a su casa, a veces conduciendo a 1:00 a través de las colinas de Santa Cruz en 17 carreteras y 101, y estaría haciendo masa amargo tostadas y café.
Ella me llamó cuando inicio a "América Central" como ella le llamaba, y a menudo, porque dijo la hizo reír. Romero había amado senderismo en Yosemite, y solía decir ella y yo íbamos a la casa juntos, y que ella debe buscar una agradable en el Parque nacional. Ella era desinteresada a una falla, y creo que puede ser lo que causó su muerte prematura. Ella abrió su hogar a los refugiados polacos, compañeros de habitación con nada más para ir, sus parientes, sus amigos, que nadie necesita. Me alojé allí a veces y tenían fiestas de pijamas con sus amigas Shauna y Edie. Edie trabajó para las Caridades Católicas en Tailandia y Camboya, en un campo de propiedad de los jemeres rojos en un punto. Los tres de ellos me querían ir con Edie para enseñar allí, y yo era juego, hasta que escuchó esa noche, como pongo inocentemente en mi saco de dormir, que poseyó el campo.
"Romero!" ¿Gritó a la mañana siguiente, "donde está usted enviando me? ¿Quieres conseguir que mató?" Sin embargo, me estaba riendo tan duro como ella era. Hemos bromeado sobre cómo aplicar para un trabajo para los abogados de la investigación en Micronesia. Incluso tuvimos nuestros equipos de trabajo planeado, hierba maletines, camisas oxford, faldas y chaquetas de tweed. Caminamos por la playa cerca de su casa, y me honra que le gustaba la cerámica que he pintado. En un momento dado, hice un gato negro de su gatito, Lucy, que era un niño salvaje a través de y. Me fui honrado y halagado Romero quería hacer por ella. Solíamos caminar todos los días en San José, también, a veces parando para almorzar en el Sizzler, o nuestro favorito restaurante japonés/etíope. Caminamos por el pueblo de Japón, también, y ella se escandalizó un día que me quité la chaqueta para revelar un vestido sin tirantes. "Puesto en! Estás desnuda debajo de eso!" "Romero," dije, estamos todos desnudos bajo la ropa!
Sin embargo, ella no era una mojigata. Ella tenía un ingenio rápido y un malvado sentido del humor, también. Las paredes de una de nuestras oficinas fueron papel fino y el socio de una firma de abogados vecinos hablado rápido y ruidoso durante todo el día. Nosotros podríamos apenas pensar y mucho menos escribir notas de banco. "Mira esto", dijo. "Le haré parada-para arriba." Entonces fuertemente me preguntó, "¿Cuál es tu fantasía favorita?" Tiene muy, muy tranquilo en el otro lado de la pared.
Vimos juntos las amas de casa enojado y se rió toda la noche. Le gustaba dar regalos y "compras locales" y va al mercado de agricultores y el mercado de pulgas. Ambos amamos misterios.
Romero fue una mujer del Renacimiento, que corrió una maratón, jugó tenis casi a nivel profesional, buceo se zambulló, ajardinada, viajó, leer ampliamente y le encantaba comer. Ambos teníamos algo de Carlos Fuentes y la película con Gregory Peck, The Old Gringo. También hablamos sobre viajes que queríamos tomar, incluyendo un recorrido de Sizzler del mundo. Ella recogió ornamentos de la Navidad, osos y pequeñas piezas de cerámica. También gustó a restaurar muebles buenos y tenía una silla Morris que estaba muy orgulloso de. Ella y yo mutuamente habían enviado cosas de hombre, incluyendo flamencos. Mi último regalo de Navidad a ella fue un monedero con un flamenco en él. Ella le gustaba decir el flamenco vintage en su patio una enfermedad de la piel porque la pintura se descama. En los años 80, ella negoció para comprar una luz azul Honda Civic, con el libro azul y obtener una increíble precio todo ella sola. Nadie, de hecho, nadie, tenía que ayudarla. Ahora, ella está con sus padres, su amado perro mitad coyote, y su gato Lucy.
Ella vivió un lleno, pero corta vida. Mucho demasiado corto. A veces quiero llamar a su número, sólo para ver si es su voz en el contestador, todavía. Ella tomó el cuidado de un amigo que sufrió un golpe en uno de sus viajes en bicicleta, sus padres, Edie cuando ella estaba muriendo y los padres de Edie. Incluso cuando ella estaba tan enferma, ella preocupada por mí. Cuando se enteró de que yo, también estaba tratando con cuestiones de familia cuidado de los ancianos y las catástrofes en el trabajo y en cualquier otro lugar, ella con trastes que no era capaz de venir a mí. "Debo estar allí cuidando de usted" era uno de los últimos correos que nunca me envió. No creo que ella duró dos años después ella primero consiguió enferma, pero ella nunca dejó de lo mal que estaba. Ella luchó y luchó, y ella nunca dio para arriba. Era como si ella no cree podrían suceder cosas malas.
Murió un domingo; temprano esa mañana de domingo, antes de que yo sé, tuve una pesadilla terrible que ella había muerto. Mi esposo me despertó y dijo estaba gritando y lloriqueando. Bueno, al menos en el interior, todavía estoy. Descanse en paz mi hermosa, alto, Rubio Romero. La parte difícil está tratando de salir con usted.
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